Afiliación : S.I.H

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... Gensokyo una vez mas esta en paz.

La doncella del Santuario ha puesto fin a otro incidente, y con ello se han añadido más conocidas a su larga lista de personas indeseables.

Había regresado a la normalidad de los días después de derrotar a las nuevas amenazas. La monotonía parecía restablecerse para la Sacerdotisa, mientras que las demás continuaban su divertida y caótica vida. Aquello era una especie de extraña ley irrefutable, jamás ella había recibido un agradecimiento digno, sabiendo incluso la necesidad que ella tenía del mismo. Incidente tras incidente todo se volvía a repetir. Ella es la encargada de mantener el equilibrio, si no fuera porque su deber es fundamental seguramente no habría respuesta de su parte. Su pesada herencia le obligaba a volverse protagonista de distintas ocasiones que solo quedan en memoria de todos. Sin embargo aquella paz tampoco resultaba durar mucho, quien sabe si para su desgracia o no…Pero esta ocasión algo un tanto confuso ocurriría, totalmente distinto a lo que pudo tener lugar en el pasado.

Rumores e incertidumbre eran las que arrecian en aquel suspiro dado tan gentilmente por la siempre sacrificada sacerdotisa del templo Hakurei. El viento trajo palabras y hechos muy curiosos como para no sorprenderse.

Sé decía de un joven de aspecto diferente, poco arreglado, nada ostentoso ni llamativo. A este se le ha visto deambulando por varias partes de Gensokyo a un ritmo poco llevadero y despreocupado, aunque a la vez lo suficientemente escurridizo como para no pasar a ser algo más que un simple avistamiento curiosos que desaparecía y aparecía en menos de un parpadeo. A su vez, sin ningún aviso, Remilia Scarlet fue derrotada. No se sabe cómo, pero sucedió en su propia Mansión. Ninguna de sus sirvientes, la bibliotecaria, o incluso la Guardiana de la Reja noto presencia alguna. Los propios hechos hablaban por sí mismos, no tenía sentido que ella se provocara las terribles heridas que sufrió en esa ocasión, mucho menos que se corra la noticia de que fue derrotada de tal manera. Por casualidad quizás del Destino lo sucedido fue captado por el ojo de una Tengu De manera instantánea, cuando apenas el sol se mostrara, habría de aparecer una noticia en aquel periódico que tiene tan poca credibilidad. “El Diablo Escarlata ha sido derrotada por un hombre…”


No confiando del todo en esa noticia, pero tampoco ignorándola por completo, varios seres en Gensokyo iniciaron una búsqueda por este joven. Aparentemente deseos de conocer la verdad sobre aquella extraña noticia que involucraba a uno de los personajes más temidos dentro de aquel mundo que sufría una extraña sacudida. Por su parte, la Señora de la Mansion del Diablo Escarlata inició una búsqueda especial, declarando que asesinaría brutalmente a quien sea que lo esconda, o a quien lo derrote antes que ella, anuncio que sin embargo no pareció ser tomado en cuenta por muchos de los seres que comenzaban a adentrarse en una atmosfera un tanto más densa, irrumpiendo totalmente con la paz que se había conseguido hace apenas unos días,

Enemigos como la desconfianza entre los propios habitantes de Gensokyo comenzarían a emerger debido a los posibles choques de intereses o por simplemente viejas rivalidades que parecen encontrar un justificativo perfecto. Sin embargo algo peor que odios antiguos es el resurgir de peligros y presencias a las que se les daba por perdidas o desaparecida, aparentemente interesadas por el anormal aire que se respiraba sobre los cielos bañados de incertidumbre de este, ahora, tenso mundo.
.
La conformación de alianzas, que podrían llegar a resultar algo inusuales, sería algo simplemente inevitable. Una gigantesca lucha de intereses parecía hacer surgir viejos objetivos frustrados. Algunos buscarán proteger el orden de siempre, otros querrán apoderarse de aquello que tanto escándalo causa ¿O quién sabe? Miles de intenciones pueden esconderse en este mundo que poco a poco se vuelve más oscuro…

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... Gensokyo una vez mas esta en paz.

La doncella del Santuario ha puesto fin a otro incidente, y con ello se han añadido más conocidas a su larga lista de personas indeseables.

Había regresado a la normalidad de los días después de derrotar a las nuevas amenazas. La monotonía parecía restablecerse para la Sacerdotisa, mientras que las demás continuaban su divertida y caótica vida. Aquello era una especie de extraña ley irrefutable, jamás ella había recibido un agradecimiento digno, sabiendo incluso la necesidad que ella tenía del mismo. Incidente tras incidente todo se volvía a repetir. Ella es la encargada de mantener el equilibrio, si no fuera porque su deber es fundamental seguramente no habría respuesta de su parte. Su pesada herencia le obligaba a volverse protagonista de distintas ocasiones que solo quedan en memoria de todos. Sin embargo aquella paz tampoco resultaba durar mucho, quien sabe si para su desgracia o no…Pero esta ocasión algo un tanto confuso ocurriría, totalmente distinto a lo que pudo tener lugar en el pasado.

Rumores e incertidumbre eran las que arrecian en aquel suspiro dado tan gentilmente por la siempre sacrificada sacerdotisa del templo Hakurei. El viento trajo palabras y hechos muy curiosos como para no sorprenderse.

Sé decía de un joven de aspecto diferente, poco arreglado, nada ostentoso ni llamativo. A este se le ha visto deambulando por varias partes de Gensokyo a un ritmo poco llevadero y despreocupado, aunque a la vez lo suficientemente escurridizo como para no pasar a ser algo más que un simple avistamiento curiosos que desaparecía y aparecía en menos de un parpadeo. A su vez, sin ningún aviso, Remilia Scarlet fue derrotada. No se sabe cómo, pero sucedió en su propia Mansión. Ninguna de sus sirvientes, la bibliotecaria, o incluso la Guardiana de la Reja noto presencia alguna. Los propios hechos hablaban por sí mismos, no tenía sentido que ella se provocara las terribles heridas que sufrió en esa ocasión, mucho menos que se corra la noticia de que fue derrotada de tal manera. Por casualidad quizás del Destino lo sucedido fue captado por el ojo de una Tengu De manera instantánea, cuando apenas el sol se mostrara, habría de aparecer una noticia en aquel periódico que tiene tan poca credibilidad. “El Diablo Escarlata ha sido derrotada por un hombre…”


No confiando del todo en esa noticia, pero tampoco ignorándola por completo, varios seres en Gensokyo iniciaron una búsqueda por este joven. Aparentemente deseos de conocer la verdad sobre aquella extraña noticia que involucraba a uno de los personajes más temidos dentro de aquel mundo que sufría una extraña sacudida. Por su parte, la Señora de la Mansion del Diablo Escarlata inició una búsqueda especial, declarando que asesinaría brutalmente a quien sea que lo esconda, o a quien lo derrote antes que ella, anuncio que sin embargo no pareció ser tomado en cuenta por muchos de los seres que comenzaban a adentrarse en una atmosfera un tanto más densa, irrumpiendo totalmente con la paz que se había conseguido hace apenas unos días,

Enemigos como la desconfianza entre los propios habitantes de Gensokyo comenzarían a emerger debido a los posibles choques de intereses o por simplemente viejas rivalidades que parecen encontrar un justificativo perfecto. Sin embargo algo peor que odios antiguos es el resurgir de peligros y presencias a las que se les daba por perdidas o desaparecida, aparentemente interesadas por el anormal aire que se respiraba sobre los cielos bañados de incertidumbre de este, ahora, tenso mundo.
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La conformación de alianzas, que podrían llegar a resultar algo inusuales, sería algo simplemente inevitable. Una gigantesca lucha de intereses parecía hacer surgir viejos objetivos frustrados. Algunos buscarán proteger el orden de siempre, otros querrán apoderarse de aquello que tanto escándalo causa ¿O quién sabe? Miles de intenciones pueden esconderse en este mundo que poco a poco se vuelve más oscuro…